"Le pregunté al ney:
¿de qué te lamentas?
¿cómo puedes gemir sin poseer lengua?
El ney respondió:
Me han separado del cañaveral
y ya no puedo vivir sin gemir y lamentarme"
Hazrat Ŷalal-ud-Dín Rumi (1207-1273)
¿de qué te lamentas?
¿cómo puedes gemir sin poseer lengua?
El ney respondió:
Me han separado del cañaveral
y ya no puedo vivir sin gemir y lamentarme"
Hazrat Ŷalal-ud-Dín Rumi (1207-1273)
El ney constituye uno de los instrumentos más humildes -si no el que más- de cuantos se utilizan en las músicas interpretadas en los países islámicos, de Marruecos a Pakistán, de Turquía a Irán. Y es humilde por varias razones. En primer lugar, por la materia prima de la cual está hecho: un simple trozo de caña (ney en persa. Humildes son también sus orígenes, ligados, muy posiblemente, a la vida de anónimos pastores que mataban el lento transcurrir del tiempo soplando melodías en una caña, eso sí, sabiamente agujereada. Y, por último, es humilde incluso hasta su propio timbre, volátil e intimista, capaz de hacer vibrar las fibras más íntimas de nuestro ser.
El ney ha sido —y aún hoy lo continua siendo— el instrumento musical islámico con mayor raigambre mística. Muchos poetas lo han evocado en sus versos, entre ellos Hazrat Ŷalaluddín Rumi, el inspirador de la tariqa mevleví, la escuela sufí de los llamados derviches giróvagos. Además se trata de uno de los uno de los más antiguos intrumentos todavía en uso. Existen pinturas de personas tocando el ney en los muros de las tumbas del Antiguo Egipto y han sido encontrados neys en excavaciones de Ur en Iraq.
En el sistema arábigo, hay 7 tipos de neys: el primero es el Kerdene, o afinado en la nota C (Do), y es el de más longitud. Esto significa que la segunda nota tras el registro más bajo es un Do (la primera sería un Si bemol o Bb). El segundo nay es el Doga afinado en D (Re). El tercero el Boussalik en E (Mi). El cuarto el Jaharka en F (Fa). El quinto el Nawa en G (Sol). El sexto el Husseini en A (La) y el séptimo el Ajam en B (Si).
El ney árabe y turco tiene 7 agujeros (6 en el iraní), uno de los cuales está situado atrás y usualmente tapado con el pulgar. Cada agujero tiene prácticamente la capacidad de intervalo de un tono, por ejemplo, si quisieramos tocar la nota Re podríamos ir fácilmente a un Re sostenido con el único movimiento de los labios y la fuerza del aire. El agujero del pulgar tiene 4 notas usadas comúnmente. A modo de ejemplo, en el ney "Doga" esas notas serían La, Sib, Si 3/4 y Si. Un músico sumamente experto con el ney puede alcanzar no menos de tres octavas, aunque sea más común tener a varias personas que toquen el ney en una orquesta tradicional para cubrir gamas diferentes.
Para tocar el ney hay que poner la boca sobre la extremidad de la flauta y la sopladura en una dirección algo oblicua al tubo de ésta. El aire salta sobre un lado interior y produce el sonido esperado. Irán incorporó el método de sopladura interdental a finales del 1700, donde el músico pone el final del ney entre sus dientes y la mandíbula superior y dirige el aire con su lengua. Este método produce una textura bastante diferente a la producida por la articulación bilabial. Aún así, el método iraní puede ser usado con el ney árabe o turco. Esto aumenta las diferentes posibilidades de texturas en el sonido. Independientemente de cómo soplemos hacen falta años (algunos dicen que toda una vida) para perfeccionar el sonido que podemos sacar al ney.