miércoles, 11 de agosto de 2010


El Kestrel 920


Más que un instrumento musical, el Kestrel 920 se trata de una escultura coaxial de omnivibración subarmónica microtonal calibrada para amplificar los campos electromagnéticos de las señales de radio transoceánicas captadas a través de una antena parabólica y las mezcla con los martillazos que le pega su creador, el americano Glen Wayart. "Mucha gente construye bombas en el garaje, pues yo he construido esto".

Está en duda de si se trata de un instrumento que produce música o ruido, pero, técnicamente, su autor no es músico sino que se define a sí mismo como un escultor de sonidos y su obra como un collage sónico. "Mi objetivo es conseguir que la gente se pregunte qué es lo que es música y qué es lo que es ruido. Quiero que la gente se pare a escuchar y se de cuenta de los sonidos que le rodean".

El trasto en cuestión está formado por una porción de madera ahuecada a la que se le ha colocado un micrófono de contacto. Sobre ella se montan una serie de objetos sacados de la basura como trozos de sartén, tornillos, clavos, alambres, cuerdas elásticas o resortes que, convenientemente frotados con un arco o golpeados con palos de madera hace que el sonido se transmita a través de la madera y sea recogido por el micrófono y posteriormente procesado. El asunto es que si añades como otra fuente de sonido la señal de una radio de onda corta que Glen le hurtó a su mujer en 1975, el resultado es sorprendente.