Considerado como el instrumento más grande del mundo, este “órgano” fue diseñado en 1954 por Leland Sprinkle, un matemático del Pentágono. Este señor estuvo tres años dando vueltas por las cuevas subterráneas de Luray, en el estado de Virginia (Estados Unidos), hasta encontrar estalactitas perfectamente afinadas para crear este instrumento que ocupa 3 acres y medio. Una o dos veces al año, el órgano suele caer en manos de algún visitante arrítmico que se salta los controles de seguridad, siendo el responsable de los terremotos de turno de la zona.
Las estalactitas son golpeadas por pequeños martillos de goma conectados a un teclado común por medio de un extenso cableado y, según su longitud, hacen resonar el aire de toda la cueva en diferentes tonos. Algunas estalactitas tuvieron que ser resuradas para lograr así afinarlas.
El sonido cálido y etéreo puede escucharse por todo el intrincado laberinto de cavernas que se extiende por más de 65 hectáreas debajo de la superficie. Los dueños de las cavernas todavía mantienen el órgano en operación e incluso han producido algunas grabaciones. Esto sí que es música rock.